miércoles, 20 de octubre de 2010

( :



A veces no hay palabras. Sólo miradas. Gestos. Más miradas. Luego una sonrisa. Que dura porque tienes tu mano puesta sobre su piel. Porque los días pasan demasiado lentos cuando no está, y cuando no quieres que se marche, porque no puedes soltar su mano. No quieres. Y cuando piensas, pero no le dices, que cada minuto sin él, es inútil.

No hay comentarios:

Publicar un comentario